lunes, 29 de septiembre de 2008
Cristaringirl, escondida tras la espuma
Cappuccino, sin duda alguna.
Servido en una enorme taza negra, del color que absorbe la luz, el color de la discreción, de la prudencia, como una sombra que se esconde en la retaguardia e intenta seguir los pasos de aquellos capaces de emitir su propia luz.
A primera vista no es más que espuma. Una densa nube de leche rematada por un par de dulces toques de cacao, sencillamente espolvoreados, sin plantillas decorativas ni rebuscados adornos en forma de corazón. Al beber puedes sentir las burbujas estallando contra tus labios, y parece que lo único que vas a obtener de esa bebida es leche y aire, pero entonces levantas un poco más la taza y una intensa oleada de café irrumpe en la suavidad de la crema que inunda tu boca. Devuelves el recipiente a su posición inicial y el café se repliega de nuevo, escondiéndose bajo el cómodo manto de espuma que lo protege.
Y aunque no lo parezca, tú ya sabes que bajo esa espesa bruma espera un aromático café, caliente y reconfortante.
Solo hay que saber inclinar la taza.
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4 comentarios:
Sencillamente genial, hasta me han entrado ganas de pasarme al capuccino!
... bienvenida al nuestro "café"!
Bienvenida!!!
Me ha parecido una presentación super sexy; la espuma, el chocolate, saber cómo inclinar "la taza"... en fin, que me ha gustado mucho.
Espero que tengamos pronto ese encuentro para conocernos.
opino lo mismo, bienvenida!!
lo de "saber inclinar la taza" es una auténtica verdad..
Taza negra, hoy precisamente es de ese color la que tengo a mi lado.
Lo mejor, al fondo, sí.
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