sábado, 18 de octubre de 2008

Un hombre en la oscuridad

Sleeper, cuadro de Nancy Depew


Cuando alguien te hace soñar y te provoca tantas sensaciones, la noticia de que publica un nuevo libro la recibes con gran alegría. Antes de leerlo intento no escuchar, ni adentrarme en comentarios o críticas literarias. Quiero partir de mis impresiones.
Lo coloqué en un lugar privilegiado de la estantería. Había que elegir un buen momento para empezarlo. A punto de incluirlo en el equipaje, y cambiando de opinión casi en el último instante. Me gusta leer en cama, los fines de semana, después del desayuno, o por las noches, en casa, tranquilamente, sin conversaciones o distracciones.
Después de pequeñas decepciones con “Viajes por el Scriptorium” y “La vida interior de Martin Frost”, buscaba un reencuentro placentero.Desde los primeros párrafos tuve la intuición de que me iba a encantar.
Un hombre incapaz de enfrentarse a su vida, se evade de la realidad inventando historias de un mundo paralelo y analizando escenas de películas.
“ … pero no quiero entrar en eso ahora, no puedo caer en ello, tengo que alejarlo lo más posible de mi pensamiento. La noche aún es joven, y sin moverme de la cama, con los ojos clavados en la oscuridad, en una tiniebla tan impenetrable que no se alcanza a ver el techo, me pongo a recordar la historia que empecé anoche. Eso es lo que hago cuando no logro conciliar el sueño. Me quedo tumbado en la cama y me cuento historias. Quizá no sean gran cosa, pero siempre y cuando no me salga de ellas, me evitan pensar en cosas que prefiero olvidar. La concentración, sin embargo, puede darme problemas, y las más de las veces mis pensamientos acaban derivando de la historia que pretendo contar a las cosas en las cuales no quiero pensar. No hay nada que hacer. Fracaso una y otra vez, hay más chascos que aciertos, pero eso no quiere decir que no ponga todo mi empeño.” (Paul Auster)
He sentido pena al llegar al final, me hubiera gustado seguir. Me conmueve la conversación con la nieta sobre su pasado, sus decisiones y equivocaciones. Es, sobre todo, una historia llena de: soledad, sufrimiento, intento de olvidar o no pensar, incapacidad de seguir adelante, culpabilidad, comunicación y constante necesidad de expresar sentimientos, poder hablar con las personas a las que queremos, atenuar el malestar y cerrar las heridas.Me gustaría sentarme en ese sofá, a su lado, ver y comentar esas secuencias... (Hace referencia a varias películas que volveré a ver, en su honor).

2 comentarios:

Zadelia dijo...

Ese va a ser el libro de mi otoño!

LU dijo...

Ya veo que cumples lo dicho... y muy rápido. Estoy en racha porque el libro que leo ahora mismo también me está encantando. Ya os contaré.
Biquiños